La industria restaurantera se reinventa día a día con cada nuevo negocio que se emprende. Para mantenerse dentro de la competencia, son varios los establecimientos los que buscan la asesoría restaurantera para renovarse y seguir siendo una opción para el mercado. Un cambio de estilo e imagen seguramente te hace pensar en los costes y el cierre temporal de tu negocio, con las consecuencias que esto puede traer. Pero, antes de que te compliques y comiences a ver como un riesgo a tu economía esta situación, te presentamos algunas estrategias para darle una imagen diferente a tu empresa sin que necesariamente tenga que darse un cambio de 180°.
Conoce a tus clientes
Recuerda que la gente cambia muy rápido de gustos. Cuando abriste tu restaurante seguramente estableciste tu idea pensando en el tipo de clientes que atraería. Para comenzar con una renovación, lo primero que debes de hacer es conocer si realmente ese perfil demográfico que habías proyectado en un principio es la gente que frecuenta tu lugar. Con base en la observación y un estudio de tu entorno y potencial mercado puedes replantear tu modelo de negocio y hacerlo más atractivo para los verdaderos clientes. Hacer pequeñas entrevistas e incluso pedir a tus clientes que contesten una pequeña encuesta vía on line (Survey Monkey o Google Formularios) puede darte un perfil más acertado de a quien debes tener en la mira.
Atender como te gustaría ser atendido
Salir a buscar clientes no sirve de mucho si, una vez en tu local, el servicio les deja un mal sabor de boca. Conservar y permitir que más personas lleguen a tu restaurante tiene mucho que ver con la calidad del servicio. Tener personal capacitado y eficiente que pueda atender las necesidades del cliente, así como complicaciones y contratiempos, no solo permite que crear un ambiente agradable al que más y más personas se acercarán, también puede ayudarte a tener la retroalimentación necesaria para mejorar las fallas en tu modelo de negocio.
Un menú simple y atractivo
Renovar la carta de vez en cuando permite que tu público no se aburra y siga frecuentando el sitio en busca de nuevas experiencias o atreviéndose a probar algo nuevo. No es necesario que cambies todos los platillos o incluso que retires aquellos que más busca la gente. Lo aconsejable es rotarlos, dejando a aquellos productos que más demandan tienen adentro y aquellos que pueden sustituirse fácilmente fuera del menú. Además de dar un toque diferente será un plus que tus clientes verán novedoso.